MADRID.- El jaqueado presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, rechazó en forma tajante el pedido de dimisión que le exigió la oposición política, durante la esperada sesión extraordinaria del Congreso en la que negó las acusaciones de financiación ilegal en su Partido Popular (PP) y de cobro de sobresueldos en negro durante años.
"Ni voy a dimitir ni voy a convocar elecciones legislativas, que quede muy claro. No me voy a declarar culpable porque no lo soy. No tengo ninguna constancia de que mi partido se haya financiado ilegalmente; no se ha llevado una doble contabilidad ni se oculta ningún delito", aseguró.
De este modo, rechazó la denuncia efectuada por el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas (actualmente detenido por una causa de corrupción política) quien afirmó ante la Justicia que la agrupación recibió fondos en forma ilegal durante dos décadas y que Rajoy y la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, recibieron sobres con dinero.
El mandatario sólo admitió una cosa: su error en haber apoyado a Bárcenas. "Me equivoqué al mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no la merecía, lo lamento. Cometí el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un falso culpable", sostuvo. Agregó que ese respaldo se quebró cuando llegó la confirmación de la existencia de cuentas del ex tesorero en Suiza, en las que la Justicia española determinó que llegó a acumular más de U$S 63 millones sin declarar al fisco.
Rajoy se presentó como una víctima de una conspiración de Bárcenas avalada por la oposición. "Se me pide que me declare culpable; no me piden explicaciones. Tienen ustedes su versión y, por eso, la mía ya no vale. Y yo no me voy a declarar culpable porque no lo soy", reiteró.
El jefe de Estado rechazó haber ido al Congreso "a rastras" y dijo que lo hizo para "frenar" una "erosión de la imagen de España", luego de haberse negado durante meses a dar explicaciones pese a la fuerte presión política, mediática y social existente, y a una pérdida masiva de respaldo según las encuestas.
Rajoy calificó la acusación de Bárcenas de "asombrosa e imaginativa colección de falsedades", incluido el cobro de sobresueldos en negro. "Se han pagado sueldos y remuneraciones complementarias por el cargo como en todas partes", explicó, pero puntualizó que fue "en blanco". "La Justicia demostrará que nada ilegal ha habido ni en mi comportamiento ni en el del PP. Yo no he venido a la política a enriquecerme; aunque no soy un compendio de virtudes, soy una persona recta y honrada", añadió.
Si bien usó un tono seguro y recibió el aplauso de sus diputados, cometió errores de lectura que motivó burlas (ver "Fin..."). El mandatario confirmó el rumbo de su gestión de Gobierno.
Reclamo opositor
Su discurso no convenció a la oposición. "No le podemos creer porque nos ha mentido, y vino aquí a intentar salvarse. Le está haciendo daño a España, tiene que marcharse", le reclamó el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba. "Todos los españoles sabían que Bárcenas era un delincuente fiscal y Rajoy le seguía mandando cariñosos mensajes (de texto por celular)", agregó respecto a los SMS entre ambos. "Dimita y convoque a elecciones generales para darle la voz al pueblo", le instó Cayo Lara, de Izquierda Unida. Los comicios deberían ser a fines de 2015.
El juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, investiga la presunta financiación irregular del PP por empresarios y citó a Cospedal y a altos dirigentes del oficialismo a declarar. (DPA-Reuters)